jueves, 1 de noviembre de 2012

Morir para Nacer

Somos aves de paso
Cuando llegas a este mundo y naces por segunda vez, lloras porque te han alejado de ese hermoso hogar abrigado y acogedor que es el vientre materno, donde arribaste y naciste por primera vez feliz y contento, si volvemos atrás, algo te dijo en un momento que había llegado el momento de partir nuevamente y que debías prepararte para una nueva etapa en tu existir, en ese momento estabas enfrentado a algo desconocido que te causaba temor.

Todo ese organismo que te cobijo y alimento y que estaba lleno de vida trabajando para ti, para el cual eras su centro de atención y que le daba sentido a su existir, comenzó a sentirse cansado, resentido, ya muchos de los elementos que lo componían empezaron a apagarse, se preparaba todo en el organismo materno para dar el adiós a esta nueva vida, ibas a empezar una nueva etapa en tu existencia.

La primera sensación de cambio frente a este mundo nuevo, es que sientes mucho frío y necesitas comenzar a regular tu temperatura, tu corazón sigue trabajando y continua bombeando sangre a todo tu organismo, para mantenerlo abrigado, lleno de vida. Se hará presente una luz brillante, intensa que molestará tus ojos, en ese preciso momento comenzarán a trabajar para ti, serán tu guía, con ellos empezarás a descubrir un mundo nuevo, los latidos acompasados y el sonido del torrente sanguíneo del pasado pasarán a ser reemplazados por sonidos irregulares, diferentes, con un volumen distinto y tus oídos comenzarán a ponerse alerta con el nuevo entorno, así como tu nariz se nutrirá respirando nuevos olores y atrapando el oxígeno tan necesario para tu existir. Un evento maravilloso estará ocurriendo.

Esta etapa de la vida nos enseña algo fundamental que nos acompañara por el resto de nuestra existencia, que para seguir creciendo y abrirnos a nuevos escenarios de vida, deberemos muchas veces vencer el temor a lo desconocido, confiar en nuestras capacidades y tener fe en la fuerza superior del universo que nos gobierna, para escalar nuevos peldaños en nuestro proceso de desarrollo y superación, esto ocurrirá cada vez que abandonemos un estado que se nos haya hecho natural, seguro y  conocido. Es saber que en la vida toda demanda trae asociada una renuncia.

En este abandono del vientre materno pasamos a conferirnos una identidad propia, única e irrepetible y quedamos dotados de un organismo privilegiado, que al ser estimulado, reacciona y se adapta a los nuevos escenarios de vida, desarrollando capacidades que nos van a permitir estar preparados para enfrentar las dificultades que se nos presenten y en forma natural tenderá a protegernos y garantizarnos nuestra integridad física y biológica.

En resumen la palabra nacimiento, trae adosada consigo las palabras renuncia, abandono, muerte. Tal como la palabra problema trae adosada la palabra solución, es decir, vamos a nacer y morir en reiteradas oportunidades y deberemos abandonar los múltiples estados de realidad temporal que vivamos. En nuestro existir vamos a morir para de esta forma dar paso a la creación de nueva vida. La energia no se pierde solo se transforma. Vamos a morir como bebes para nacer como niños,  como niños para nacer como jóvenes, como jóvenes para nacer como adultos, etc…y cada etapa nos sorprenderá con sus misterios y desafíos respectivos.

Muchas veces en la vida deberemos tomar decisiones, la vida nos tendrá preparada muchas sorpresas, preparémonos para ello, para tener que volver a comenzar, para caernos y volvernos a parar, para perder a  alguien y poderlo superar, para dejar de amar y volvernos a enamorar, para tener pérdidas y poderlo soportar, porque muchas veces deberemos morir, para volver a nacer…...                                                                      Carlos Arismendi Gukowsky.

No hay comentarios:

Publicar un comentario