viernes, 19 de octubre de 2012

La Fuerza del Tiempo



Ya formas parte de mi Pasado
Hoy les hablaré de algo que me sucedió temprano, viaje fugazmente  a otro lugar recóndito de mi ser, mientras mi piloto automático conducía mi vehículo por la carretera. Debía volver a dejar el vehículo a mi hogar, luego de haber trasladado a parte de mi familia a sus lugares de estudio y trabajo, debía dejarlo estacionado y volver finalmente a mi trabajo utilizando el Metro, SubWay o tren subterráneo, o como le llamen en sus respectivos países.

Cuando pase fugazmente por el departamento, divisé a la mascota de la familia, un perro maltés pequeño que me gemía para que lo liberara del lugar donde estaba y le permitiera correr hacia mis brazos, seguramente se sentía solo y extrañaba al resto de su familia humana. Pero debía regresar a mi trabajo y “el tiempo” no me lo permitía, no me dejaba caminar hacia el, existe una hora de entrada a tu trabajo me decía, recuerda que no puedes fallar, ya es tarde, en ese momento ejercía una fuerza tal que me impedía quedarme un rato con mi mascota, poder abrazarla y suplir con un abrazo, con unas caricias lo mucho que me extrañaba, simplemente no podía.

Ante tal imposibilidad sentí algo de angustia, mi vida en ese momento estaba regida por el tiempo y me decía el sistema todo esta inundado de este concepto. Pasé a la habitación del fondo y divisé a una de mis hijas durmiendo aún, era temprano, sentí ganas de abrazarla, de decirle lo mucho que la amaba, quizás ordenar las habitaciones, pero no podía debía marcharme, la fuerza que ejercía el tiempo era impresionante, aún queriendome quedar, era imposible, el tiempo me impulsaba a volver a mi trabajo, a los lugares de siempre, a mirar los rostros de las personas de siempre, me preguntaba a ratos ¿Y qué pasaría si en vez de volver al trabajo, tomo un bus y me marcho a un lugar lejano a disfrutar de la naturaleza, a desestresarme, a disfrutar del paisaje del sur, del paisaje del norte, de la nieve?, me daba cuenta que era una reflexión que lindaba con la locura, el tiempo me decía, recuerda que  debes volver a tu trabajo, te esperan, debes volver a tu rutina y para que no sufras dejate impulsar por mi, yo te conduciré, no puedes llegar tarde, ya que eso te puede generar riesgos.

Has escuchado algunas veces que tus hermanos de existencia generalmente dicen “no tengo tiempo”, quizás podrían decir “el tiempo no me lo permite” y sabes que implica, que no pueden caminar hacia sus seres queridos para conversar con ellos, abrazarlos y acariciarlos, no pueden viajar a un lugar lejos de la urbe durante la semana para disfrutar sus vidas sin preocupaciones, porque la fuerza del tiempo para desviarlos de su sueños, de su centro, de su equilibrio, es poderosísima, como al tiempo no lo ven físicamente, este actúa de manera imperceptible, o se dan cuenta demasiado tarde del efecto que este ha tenido sobre sus vidas.

Si estas conciente de lo que aquí te digo y sabes como opera, te invito a administrarlo, a dominarlo en tu beneficio, hazlo tu amigo, utilízalo para tu felicidad y utiliza su fuerza en tu propio beneficio, el tiempo es una ilusión, es una creación humana, sirve para coordinarnos, pero muchas veces por no estar despiertos termina esclavizándonos, haz visto a los animales en la selva mirando su reloj, ellos se guían por el reloj natural del Cosmos, no necesitan nada más y, sabes no se estresan, no se angustian, no acumulan.
Haz algo que ames, déjate tiempo para aquellos eventos importantes de quienes amas, acompañalos, que luego no se van a repetir, un día puede ser tarde, aprovecha cada instante de tu vida, disfruta con quienes amas, trabaja en algo que te apasione,  disfruta una cena con la persona que amas, lee un libro que te permita crecer, duerme una siesta, descansa, colabora con los más necesitados, viaja, escribe, porque suele ocurrir que a veces los otros que si te importan te pueden pasar la cuenta y puede ser demasiado tarde. Vive el ahora, ama ahora, se un poco niño ahora, no temas al ridículo, no temas, conquista tus miedos. Gracias por regalarte un”tiempo” para leer mis reflexiones.   Carlos Arismendi G.

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