lunes, 20 de febrero de 2012

Viaje por Aguas Turbulentas


Extraviarse para Encontrarse
Debo confesarles que este viaje lo realice no exento de tempestades, cuando decidí abandonar la seguridad de la costa para enfrentarme a un océano embravecido, era porque deseaba dejarme llevar por el oleaje de la vida y sus altibajos, no sabía dónde iba a terminar, las grandes olas emocionales me tenían confundido y no divisaba el horizonte pues las lágrimas de esos momentos de angustia y tristeza inundaban mis ojos y no me permitían ver el firmamento, no tenía más que mi brújula interna en ese momento,  una misteriosa y poderosa fuerza no permitía que huyera y me decía que enfrentará mi acontecer, tenía que jugármelas y poner todos mis recursos a mi servicio para sobrevivir, tenía que ser capaz de abrazar y recibir al Carlos que regresaría de vuelta, hoy puedo decir tarea cumplida, soy otro, no obstante este arduo proceso del despertar no ha cesado.

La tempestad que vivía se caracterizaba por fuertes remezones laborales y emocionales, el cerrar capítulos de mi vida pasada, del adolescente que aún me habitaba y deseaba cerrar temas afectivos pendientes, del hijo de una familia conservadora y religiosa que se cuestionaba ya más adulto, porque y para que se decía religioso. En esta época de mi vida enfrente mis miedos, puse en cuestionamiento todas las creencias que condicionaban mi actuar, decidí demoler todo y volver a edificarme, fue un proceso duro el abandonar prácticas seguras, automáticas, rutinarias, cada ladrillo lo fui pegando a sudor de lágrimas, confusión, extravío y, mucha fe en que la obra final iba a mejorar, debía ser cauto para volver y tener a todos los que quería esperándome al regreso, podía haber nadie y debía estar preparado para ello.

Mi vida afectiva y laboral sufrieron fuertes remezones, sólo me abrazaba y aferraba al Creador y al maestro de maestros, Jesús, comprendí la parábola del hijo pródigo, entendí el concepto “que debemos extraviarnos para encontrarnos”, ¿Suena extraño no?, comprendí finalmente el valor que tiene poder despertar y ver a tu pareja a tu lado y en la distancia divisar esos seres tan divinos que son tus hijos bajo el mismo techo, reafirme mis valores y principios, ya nada era lo mismo, yo no era el mismo, las crisis hicieron impacto y esculpieron mi ser, las convertí en oportunidades y sobretodo en autoconocimiento y aprendizaje, al fin sabía quién era y quién no. Me acompañaron personas en este proceso, a quienes recuerdo y agradezco sus palabras, escucha y compañía. Comprendí luego que la sabiduría es la alquimia entre el conocimiento y  la experiencia y, el creador me la estaba regalando, no exento de hacer méritos sobrehumanos para ello.

Hoy definitivamente no soy el mismo, Uds. no son lo mismo, estamos en constante cambio, la flor a cada segundo cambia, nosotros también, nada es estático, por eso los invito a conversar con sus amigos, familiares, pareja e hijos, debemos ponernos al día, las experiencias del día nos van modelando y vamos siendo otros, no perdamos esta tremenda oportunidad de conocernos y mantener frescas las relaciones. Hoy deje de botar lágrimas y como dice ese pensamiento, por fin puedo ver las estrellas.

Solo me queda una publicación más para terminar de presentarme, luego les conversaré del acontecer y de aquello que a todos nos sucede, a lo mejor nadie me está leyendo, pero siento una gran alegría de creer que así lo es, prefiero ver el vaso medio lleno ¿no creen? Un Abrazo y que tengan un bello día y respétense por favor..

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