martes, 21 de febrero de 2012

¿Ficción o Realidad?, Tu decides.


Disfruta a tu familia, tus amigos
Durante mi período de las grandes crisis estaba muy vulnerable y sensible, adopte el “creer para ver” y lo complemente con el “ver para creer”, necesitaba de ambas miradas. Me sucedieron cosas en una época que a la luz de la razón humana me resultaban inexplicables y que fueron las señales que necesitaba para saber que estaba en el camino correcto, que mi curiosidad como buscador debía seguir moviéndome. Comencé a habitar mis sueños y a tomar conciencia que eran realidad para mi inconsciente, tal como las actividades bajo la luz del día, por lo cual decidí comenzar a experimentar con ellos.
Una noche muy especial que nunca voy a olvidar me sucedió un hecho que hasta ahora había relatado a no más de cinco personas, pero pienso que ahora estoy preparado para poder expresarlos a otros, sin sentirme incómodo por ello.

En uno de mis sueños me crucé con un monje que descendía por una escalera de una casa inmensa, lo misterioso del sueño era que no me dejaba ver su rostro, lo cubría bajo su capucha, esto me ponía muy tenso, de pronto comencé a sentir energías extrañas en aquella habitación donde me encontraba, no me pregunten como, pero termine realizando un exorcismo donde sostenía una cruz grande en mi mano, lo que me dejo  tremendamente impactado es que hablaba en un lenguaje que me parecía era latín, conocía el rito, era tan real la escena, que comencé a hablar en un volumen no apto para esa hora de la noche, que desperté a mi esposa, quién escucho claramente lo que decía,  soy honesto a ella el asunto no le causo mucha gracia, lo que me impacto de esta experiencia era como pude en ese sueño realizar un rito, que manejaba perfectamente y en un lenguaje que no hablo, comencé a partir de ese momento a darme cuenta que en mi nuevo estado emocional, me estaban sucediendo cosas que antes nunca había experimentado y que no me eran indiferentes.

Otra noche mientras dormía un nuevo sueño vino a mi mente, mujeres bellísimas con sus rostros sonrientes cubiertos por un antifaz desfilaban frente a mis ojos, no me era posible saber qué había detrás de sus máscaras, tenía una sensación de desconfianza, algo me decía que no debía hacerlo, pero insistí en permanecer cerca de ellas, hasta que una descubrió su rostro y me enfrenté con una imagen monstruosa, fue tanto el terror que sentí que abrí mis ojos, estaba mi habitación a oscuras y noté que mi cuerpo vibraba completamente sobre la cama, desde mis pies a mi cabeza a una frecuencia desconocida por mí hasta ese momento, ya más tranquilo decidí volver a aquél sueño, sentía la necesidad de enfrentar la situación, no podía creerlo, estaba viviendo como en mundos paralelos, podía entrar y salir del sueño a voluntad, una vez dentro del sueño volvió el miedo a lo desconocido e invoque la presencia del Maestro de Maestros Jesús y saben que? Paso algo maravilloso que nunca voy a olvidar, ¿pero saben?, voy a dejar esto hasta aquí, no deseo aburrirles, sólo comunicarles que la divinidad va dejando señales profundas en tu ser, en este viaje a lo divino, a tu interior, que hacen que valga la pena realizarlo.

Mientras les hablo recuerdo a una señora mayor que conocí cuando andaba por la costa de mi país, luego de conversar conmigo un rato me sugirió que compartiera mi saber con los demás, con mucho respeto me dijo que yo era un anciano en un cuerpo más joven y que tenía una alta probabilidad de volverme ermitaño sino entregaba mis reflexiones a otros, lo extraño de todo esto, es que esta mujer espiritual me dijo algo que ya me estaba ocurriendo. Espero que estos escritos me permitan sentirme más acompañando por mis hermanos de existencia.

Con estos artículos termino mi presentación y comenzaré a relatarles de ahora en adelante temas relacionados con mi acontecer diario y el arte de vivir. Un Abrazo y Cuídense.

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