jueves, 15 de marzo de 2012

¿Infidelidad, Aprendizaje?

Como están mis amigas/os, espero que bien, mientras venía camino a mi oficina me dije, voy a escribirles y sentí la necesidad de hacerlo pensando en aquellas parejas que experimentan problemas de infidelidad con el ser al que aman. Los años me han enseñado a entender que cuando uno decide caminar con alguien, se debe estar atento a ese alguien y a nosotros mismos, a nuestra voz interior, a nuestra intuición. 

Una relación de a dos demanda trabajo, queramoslo o no, debemos internalizar que amar no es una tarea color de rosa, de cuentos de hadas como nos han enseñado desde infantes, en que el otro hace todo lo que deseamos, la pareja ideal, el príncipe encantado, el que satisface todas nuestras ilusiones y expectativas, con el que viviremos unidos para siempre, hasta que la muerte nos separe, un ser humano cambia, NO es estático, ese amar idílico es de los cuentos, a amar se aprende todos los días y requiere de nuestro esfuerzo y dedicación, debemos educar la paciencia, la tolerancia, el respeto y la escucha, para tener alguna posibilidad de perdonar y poder además administrar ese inmenso dolor que nos sume en una eterna agonía. Nos exige una capacidad de amar prácticamente divina, no humana, es la forma para no decaer y sumirnos en una profunda depresión que marqué por siempre nuestra existencia. Es este el momento en que logramos ponernos en el lugar del maestro de maestros, Jesús.

Debemos aprender a vivir con ese dolor y sé que es más fácil decirlo, escribirlo, que sentirlo, cuando esto nos ocurre, es cuando recién logramos entender la inmensa capacidad de amar que debió tener Jesús para con todos nosotros, cuando estando agonizando en la cruz dijo: “Perdónalos padre, porque no saben lo que hacen”.

Los seres humanos no somos fotografías, no estamos exentos al cambio y a nuevas experiencias de vida, como bien saben la vida es un espacio de diseño, donde constantemente estamos sometidos a experiencias que moldean nuestro ser emocional y como consecuencia, modifica a nuestro observador, respecto de lo que opinamos de los otros y de lo que significa vivir. Toda experiencia nos marca, nos otorga un sello particular.

Cambiamos constantemente, así como la flor cambia de un segundo para otro, y estos cambios microscópicos son por millones en un período de tiempo, nos faltarían palabras para describir al vegetal en cada estado de evolución en que se encuentre, se imaginan describir cada ser distinto como: flor, flor1, flor2, flor3…..hasta infinito, nos volveríamos locos, imagínense con un ser humano, que es un organismo mucho más complejo, en el que se suscitan infinitos cambios a cada instante.  

Hago esta reflexión para que estemos en actitud de escucha y atentos al cambio que experimenta el otro, que el otro cambie no es malo, no le puedes decir, “..y como cuando nos conocimos me dijiste…”, “…y como hace 5 años me prometiste…”, hay que actualizarnos, saber con quién estamos, para que después no le carguemos las consecuencias de nuestros fracasos al otro, ambos somos responsables de que una relación funcione, si algo provocó que mi pareja se alejará, el aprendizaje debe ser que hice o deje de hacer yo para que eso ocurriera, que hicimos o no como pareja para llegar a esa situación.

Muchas veces pensamos que el otro es un espejo nuestro y que tendrá comportamientos según nuestra lógica y nuestros valores, la verdad, es que somos seres diferentes, con necesidades y expectativas tanto personales, como laborales distintas, de allí que haya que conversar y dialogar los temas de pareja, para poder realizar los cambios o posponer ciertas actividades que no atenten contra el desarrollo de cada uno de los integrantes y de la pareja también.
Amar no se aprende por decreto, a Amar se aprende haciendo, significa aprender, madurar, auto-conocerse, aceptarse, quererse, para poder comprometernos en aquello que realmente seamos capaces de cumplir en el futuro, sino terminaremos fallando y rompiendo compromisos porque ni siquiera nos conocemos y no nos detenemos a pensar, porqué y para qué actúo como actúo. 

Simplemente no lo hacemos, porque no sabemos, no estamos conscientes, somos niños emocionalmente y muchas veces es nuestro cuerpo el que manda sobre nuestra razón. Lo finito y temporal, manda sobre lo trascendental. Luego vienen los arrepentimientos. Así no funciona esta pequeña empresa. Nadie nos enseño que para hacer vida de pareja, antes debemos prepararnos para ser seres humanos adultos, emocionalmente equilibrados y sintonizados con la vida.

Todos somos valiosos, no estamos exentos de aprender a través del dolor, lo importante es mejorar y madurar, tomar las experiencias y aquilatarlas, agradecerlas, sin juzgarlas como buenas y malas, son solo lecciones para ser mejor seres humanos cada día. No somos perfectos, equivocarnos en un derecho, nadie nace sabiéndolo todo, muchas veces debemos caernos para aprender las competencias para levantarnos.

Tu relación de pareja es sagrada, personal, de ambos y no la pongas al escrutinio o al qué dirán de los demás,  nadie sabe más de tu relación que tú misma y escápate de los paradigmas o creencias del mercado, donde si te fallan, al otro debes despedirlo de inmediato, de pronto es bueno darse oportunidades, perdonar es un acto divino y te libera como no te imaginas. La vida te devolverá ese acto con creces y multiplicado de amor. ¿Te has dado cuenta que cuando un vehículo atropella a un perrito, la primera reacción de este es correr y luego cae?, aquí suele suceder lo mismo, hay familias que se destruyen y con el tiempo toman conciencia de lo que perdieron, ojalá puedan darse cuenta cuando aún estén bajo el mismo techo.

¿Quieres saber cómo prepararte para relacionarte con otro? ¿Qué competencias debo educar para tener una relación fluida y madura? ¿Me cuesta perdonar? ¿Soy Orgulloso/a? ¿Me cuesta reconocer mis errores? Hay tantas cosas que les podría decir, pero no deseo arrebatarles más de su preciado tiempo. Un Abrazo y viva el Amor.   

3 comentarios:

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  2. Hola, Carlos:

    "Caer es muy facil, pero volverse a levantar es realmente de valientes, porque a pesar del dolor, del sufrimiento, del egoismo de muchas personas, del temor propio y del dedo que te senala, deberas sacar esa fuerza interior que muchas veces impide. Luchar y saber que vencemos NO contra nadie, sino contra uno mismo...Solo al caer comprendes que la fortaleza esta dentro de ti!"

    Ximena Salcedo. Quito. Ecuador.

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