Camino lentamente al centro de la ciudad, llego
a su plaza principal y me detengo en el centro de esta, extiendo mis brazos,
miro hacia el cielo, cierro mis ojos y visualizo como todo gira a mi alrededor,
estoy en el centro de una gran espiral existencial, es una sensación
indescriptible, observar como van girando en torno a mi diversas historias de
vida, de muchos seres, me concentro, respiro profundo, deseo rescatar una de
estas historias, logro retirar desde esta plataforma una de ellas y me dispongo
a aprender de ella, me concentro, me pongo en actitud de humildad y así escucho
atentamente.
En un momento cesa esta vorágine de imágenes y
llega el silencio, siento un exquisito olor a tierra húmeda y a pasto recién
cortado, mi mente me traslada a épocas de mi niñez cuando vivía en zonas
lluviosas de mi país, de pronto siento una voz que me dice: Aquí estoy hermano,
soy un simple ser vivo, me llamas pasto y me siento honrado en que hayas
decidido aprender de mí, de fuentes de aprendizaje que para muchos esta vedada,
pues se encuentran dormidos, están programados y actúan en automático, están
ciegos, sus almas están encarceladas y supeditadas a las órdenes de sus
cuerpos.
Sabes mi hermano, un día conversando con un
primo, me comentaba que no entendía porque algunos de los nuestros no recibían
agua cuando Uds. regaban sus jardines, me costó hacerle entender que especies
tan evolucionadas como Uds. dicen ser, en la práctica tienen bajos niveles de
conciencia, no podía entender que Uds. alimentaban solamente a quienes
consideraban de su propiedad, o más bien al pasto que pertenecía a su jardín,
el pasto de su vecino no lo alimentaban simplemente porque creían que no les
pertenecía, están tan cegados que no logran ver que nosotros “el pasto” como
nos llaman, pertenecemos a la madre tierra y no a Uds. y que esta mirada tan
egoísta la proyectan en sus propias familias, se preocupan de quienes habitan
su hogar solamente, pues una vez más creen que la casa que habitan, los seres
que han traído a la vida, su pareja, un montón de latas con neumáticos les
pertenecen y toman conciencia de esta falacia cuando se van a morir y los
entierran sin ninguna de sus pertenencias. Como han sido programados
individualistas, no se inmutan si su vecino esta sin trabajo y no tiene como
alimentar a su familia, o cuando el hijo de su vecino se encuentra enfermo,
para que se van a tomar la molestia si no les pertenecen.
Hermano te enseño esto pues viniste a mí y
sabes que puedo despertar y elevar tu nivel de conciencia. No seas como esos
seres neuróticos, paranoicos y controladores de tu especie que se irritan y
enojan cuando una especie de los nuestros, a la que llaman “maleza” brota en su
jardín, pues creen y están convencidos que nosotros los pastos, debemos se todos
de una misma especie y estar cortados todos a la misma altura, eso es estar
enfermo hermano, es paranoico, viven luchando toda su vida contra la maleza y
no logran ver que la naturaleza es diversidad y hay que permitir estos matices,
por eso tenemos tanta gente entre vosotros seres evolucionados, xenofóbicos y
que discriminan a sus propios hermanos de existencia, por el color, la raza, el
estatus económico, etc…
La madre tierra sabe lo que hace con sus hijos
y de vez en cuando los atemoriza sacudiéndolos para volverlos a su lugar y
recuperen así su humildad. Olvídate hermano de los tipos de semillas, insecticidas, abonos,
cortadoras de césped, toda una industria que se ha inventado en torno a esta
locura de querer controlar lo no controlable, la maleza seguirá saliendo ya que
es necesaria y no discrimines al pasto cuando lo riegues, pues no te
pertenecemos. Luego de esta bella experiencia de conexión con otros seres
hermanos, abandone la plaza donde me encontraba y tome rumbo a nuevas
aventuras.
Abraza la diversidad, entrega amor sin
condiciones y únete con todos los seres vivos en un enorme abrazo. Carlos
Arismendi Gukowsky. Escribiendo lo que a
mi mente llega.
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