Me encuentro solo en mi hogar, es posible
escuchar el silencio en toda su magnitud, sonido valioso sin el cual no
podríamos crear obras maravillosas musicales, ni establecer comunicaciones
enriquecedoras, el lenguaje le debe mucho a este sonido.
En estos momentos es cuando logró conectarme con todo mi ser y con toda la existencia, observo por la ventana y afuera veo un árbol cargado de limones, si aún recuerdo cuando ya hace más de doce años lo plantamos con mi amada pareja y era un retoño. Hoy es inmenso, robusto, hermoso y ha sido compañero de muchas de mis reflexiones, el sabe de mis dudas, de mis tristezas, muchas veces he conversado con el bajo la luz de la luna, el sabe que lo quiero mucho y forma parte de mi historia de vida, al lado un naranjo, mucho más pequeño, es un adolescente, ya esta dando sus primeros frutos, otro amigo y el lo sabe, yo sé que están presentes, estoy conciente de su presencia cada vez que me acerco a ellos, agradezco al creador que los haya puesto en mi camino, ya he disfrutado de sus frutos y me han brindado su sombra en muchos veranos pasados.
En estos momentos es cuando logró conectarme con todo mi ser y con toda la existencia, observo por la ventana y afuera veo un árbol cargado de limones, si aún recuerdo cuando ya hace más de doce años lo plantamos con mi amada pareja y era un retoño. Hoy es inmenso, robusto, hermoso y ha sido compañero de muchas de mis reflexiones, el sabe de mis dudas, de mis tristezas, muchas veces he conversado con el bajo la luz de la luna, el sabe que lo quiero mucho y forma parte de mi historia de vida, al lado un naranjo, mucho más pequeño, es un adolescente, ya esta dando sus primeros frutos, otro amigo y el lo sabe, yo sé que están presentes, estoy conciente de su presencia cada vez que me acerco a ellos, agradezco al creador que los haya puesto en mi camino, ya he disfrutado de sus frutos y me han brindado su sombra en muchos veranos pasados.
Lo hermoso de estar solos y detenerse por un
momento, es poder escuchar tu respiración, es poder reconocerte y dar gracias a
tu cuerpo por permitirle sentir este plano a tu alma, a través de los sentidos,
es estar concientes que debes cuidarlo, pues no te pertenece y es temporal. Cada
instante de nuestro existir es un desafío, un misterio por descubrir, un reto
por superar, una tristeza a la cual escuchar, una alegría a la cual disfrutar.
La mente se detiene, el corazón y el sentir se hacen presentes en esta hermosa
y silenciosa soledad.
Puedo ver en la distancia y agradecer al
Superior por la valiosa y sabia pareja que me acompaña, poder observar unos
hijos que crecen cada día con esa fuerza y energía de encontrar respuestas y
querer cambiarlo todo, pero feliz, pues son personas buenas, que se quedarán
una vez me toque partir y que tienen la semilla del amor, la compasión y la
solidaridad, que tanta falta hace en esta sociedad.
Los invito a volver a sus centros, a Uds. seres
divinos, frenen un poco la loca carrera en que este sistema muchas veces nos
sumerge y observen a su alrededor, qué han hecho de sus vidas, que deben
renovar, que deben finalizar, que deben emprender. Hagan pequeños cambios en su
entorno que permitan renovar las energías, pinten una pared, una habitación, salgan
a caminar y contemplen a su alrededor, hagan un mural de cartulina con
fotografías donde se vean felices con los suyos, compren una pizarra blanca y
cada día escriban mensajes de amor, cariño y empuje para que los suyos lo lean
y cámbienlos luego, hagan de la tarde una experiencia de gozo diferente, hay
tantas pequeñas cosas simples que no requieren mayor inversión, pero la más sanadora
y hermosa actividad es la oración en familia, prendan una vela, apaguen las
luces y agradezcan cada día que el Creador les ha regalado, pidan por los más
necesitados, llamen por teléfono a un amigo que este sin trabajo, a algún
enfermito, visiten a sus abuelos, a los amigos y así tantas cosas simples que a
veces no se nos ocurren. Abrácense, quiéranse y perdónense, ámense por sobre
todas las cosas. Un hogar es un refugio, es un lugar de contención, es un lugar
sagrado para la familia, donde el respeto, la escucha, la humildad y el amor
deben imperar.
Este silencio es mi terapia, es mi espacio de
sanación, logro respirar profundo y lento, logró escuchar como mi organismo se
manifiesta, siento como el oxigeno llega a mi cerebro y a cada célula de mi
cuerpo, quienes lo agradecen. Me siento dichoso, feliz por la oportunidad de
dirigirme a Uds. mis otras partes que andan por allí moviéndose y buscando
respuestas a esta misteriosa experiencia de vivir.
Mis oraciones a los Maestros Superiores, a los
Budas, a las Entidades, a los Angeles, al Creador, como lo quieran llamar, por
la sanación de Uds., por la tranquilidad para sus vidas, por la sanación
emocional y corporal de cada uno de Uds., Pido para su protección, para su
iluminación y elevación vibracional, para que puedan entrar a niveles de
conciencia más evolucionados, para que despierten y puedan estar protegidos de
las malas energías.
Los invito a que se regalen un espacio de
silencio, es la puerta a lo espiritual, es la comunión con toda la creación, es
la desaparición temporal del ego, nos permite vivir como seres no divididos, el
observador se funde con lo observado, la dualidad desaparece y obtienes una paz
interior inimaginable, el silencio es meditación pura, todo se detiene, te des-estresas y el amor aflora en
todo su esplendor.
Sentí necesidad de escribir y a medida que
vienen mensajes a mi mente los escribo y se los transmito para que puedan tener
vidas más plenas. Se les quiere, porque primero aprendí a quererme. Los invito
a disfrutar del existir, en momentos que sé que para muchos esto parece una
invitación a la ficción, querer es poder y los desafío a ello.
Carlos Arismendi Gukowsky.
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